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Abstract
One of the most challenging types of artifact occurring within museum collections is unstable chloride-contaminated archaeological iron. A high chloride concentration causes cracking, flaking and leads to full mineralization, in effect making objects fragile. Consequently, removal of chloride ions plays a key role in stabilization treatment, while preserving the
integrity of the corroded iron object. Despite the variety of stabilization methods, all have significant disadvantages, including a lack of sustainability. Within the framework of the Horizon Europe project GoGreen the potential of microbial biosorption to stabilize archaeological iron artefacts is being investigated. Dry biomass of the fungi Meyerozyma sp. and Saccharomyces cerevisiae was studied to remove chloride ions. Preliminary tests were
carried out on artificially-aged steel samples. To assess the activities of the microorganisms’ functional groups and biosorption capabilities as a potential green stabilization treatment, analytical techniques including FTIR, Raman spectroscopy, and SEM-EDX were used. The
results demonstrate two promising paths for the development of green stabilization treatments based on fungal biomass: passive adsorption into the cell wall and conversion of reactive corrosion products into more stable compounds. The use of microbial biomass opens up promising perspectives for the development of more sustainable solutions in archaeological iron stabilization, while avoiding the generation of toxic waste in our
environment.
Uno de los tipos de artefactos más desafiantes que se encuentran en las colecciones de los museos es el hierro arqueológico inestable contaminado con cloruro. Una alta concentración de cloruro provoca grietas, descamación y conduce a una mineralización completa, lo que de hecho vuelve los objetos frágiles. En consecuencia, la eliminación de iones cloruro juega un papel clave en el tratamiento de estabilización, preservando al mismo tiempo la integridad del objeto de hierro corroído. A pesar de la variedad de métodos de estabilización, todos tienen desventajas importantes, incluida la falta de sostenibilidad. En el marco del proyecto GoGreen de Horizonte Europa, se está investigando el potencial de la biosorción microbiana para estabilizar artefactos arqueológicos de hierro. Biomasa seca de los hongos Meyerozyma sp. y Saccharomyces cerevisiae fue utilizada para eliminar iones cloruro. Se llevaron a cabo pruebas preliminares con muestras de acero envejecidas artificialmente. Para evaluar las actividades de los grupos funcionales de los microorganismos y las capacidades de biosorción como posible tratamiento de estabilización verde, se utilizaron técnicas analíticas que incluyen FTIR, espectroscopía Raman y SEM-EDX. Los resultados demuestran dos caminos prometedores para el desarrollo de tratamientos de estabilización ecológicos basados en biomasa fúngica: la adsorción pasiva en la pared celular y la conversión de productos reactivos de corrosión en compuestos más estables. El uso de biomasa microbiana abre perspectivas. prometedoras para el desarrollo de soluciones más sostenibles en la estabilización del hierro arqueológico. evitando al mismo tiempo la generación de residuos tóxicos en nuestro entorno.
Uno de los tipos de artefactos más desafiantes que se encuentran en las colecciones de los museos es el hierro arqueológico inestable contaminado con cloruro. Una alta concentración de cloruro provoca grietas, descamación y conduce a una mineralización completa, lo que de hecho vuelve los objetos frágiles. En consecuencia, la eliminación de iones cloruro juega un papel clave en el tratamiento de estabilización, preservando al mismo tiempo la integridad del objeto de hierro corroído. A pesar de la variedad de métodos de estabilización, todos tienen desventajas importantes, incluida la falta de sostenibilidad. En el marco del proyecto GoGreen de Horizonte Europa, se está investigando el potencial de la biosorción microbiana para estabilizar artefactos arqueológicos de hierro. Biomasa seca de los hongos Meyerozyma sp. y Saccharomyces cerevisiae fue utilizada para eliminar iones cloruro. Se llevaron a cabo pruebas preliminares con muestras de acero envejecidas artificialmente. Para evaluar las actividades de los grupos funcionales de los microorganismos y las capacidades de biosorción como posible tratamiento de estabilización verde, se utilizaron técnicas analíticas que incluyen FTIR, espectroscopía Raman y SEM-EDX. Los resultados demuestran dos caminos prometedores para el desarrollo de tratamientos de estabilización ecológicos basados en biomasa fúngica: la adsorción pasiva en la pared celular y la conversión de productos reactivos de corrosión en compuestos más estables. El uso de biomasa microbiana abre perspectivas. prometedoras para el desarrollo de soluciones más sostenibles en la estabilización del hierro arqueológico. evitando al mismo tiempo la generación de residuos tóxicos en nuestro entorno.